Siempre hemos identificado un cabreo o bronca como algo negativo pero no tiene por qué ser así. Mientras no se sobrepasen ciertas barreras, expresar tu ira puede ser beneficioso para ti y para tu pareja.
Generalmente cuando se establece una relación de pareja suelen surgir conflictos que generan malestar en alguna de las partes. Si reprimimos nuestros sentimientos y no se lo comunicamos a nuestra pareja, llegará un momento que tengamos tanto rencor acumulado que no podremos evitar explotar.
Lo recomendable es no llegar a ese extremo de explosión de ira porque suele ir acompañada de frases hirientes que erosionan la relación. Lo ideal es comunicarnos con nuestra pareja e ir expresando nuestro malestar en el momento que empecemos a sentirlo y no esperar a que se acumule.
Debemos aprender a gestionar nuestra ira en el día a día para así obtener provecho de ella. Los enfados favorecen los cambios y pueden ser el inicio de la solución a algún problema.
Lo mejor para mantener una buena salud mental es dejar salir nuestra ira, eso sí, de forma progresiva, sin explosiones ni agresiones físicas ni verbales.