¿Qué ocurre cuándo no aceptamos que una relación sentimental ha acabado? Podemos hacernos mucho daño a nosotros mismos…
Es frecuente que aunque no sigamos con esa persona continuemos pensando que él o ella todavía nos quiere. Pero esto no es real. Es un optimismo obsesivo que hay que superar lo antes posible.
“Después de tanto tiempo es imposible que haya dejado de quererme”… ¡Tenemos que hacernos a la idea de que estos pensamientos no son reales! No podemos basarnos en el costumbrismo amoroso. Debemos ser capaces de aceptar que esa persona ya no nos quiere. Es agotador, es doloroso, es duro; pero es así.
“Un amor así nunca se olvida”… Tampoco podemos estancarnos en esta reflexión, puesto que estaríamos insertos en una momificación afectiva que hay que superar. Hay que seguir adelante.
Ser deseable para alguien no significa irremediablemente que esa persona tenga que querernos. El deseo, el sexo, la pasión… no son sinónimos de amor.
Y lo más agotador: ¿qué hacemos ante la petición de “un descanso”, de “un tiempo sin vernos”?. ¿Es esto posible? ¿es beneficioso para la relación y para mí como persona individual? Asúmelo: NO. Si alguien que se supone que de verdad te quiere afirma que prefiere estar a solas en lugar de estar contigo… pon en duda su amor. Es necesario.
¿Cuánto tiempo hay que esperar? ¿Cómo de duradero debe ser el aguante hacia una relación estancada? No hay respuestas. Sólo más preguntas: ¿no sería mejor oxigenar nuestra vida con alguien que no necesite retiros ni tiempos para reconocernos como personas queribles? ¿A qué vamos a esperar? ¿A una evaluación afectiva tras otra?… Eso es insultante.
Los que dudaron afectivamente alguna vez de nosotros, volverán a dudar… Volverán a examinarnos.
¿No sería mejor no vivir entre excusas? Si no te aman hoy… ¡¡no te aman!!