Verano, esa estación en la que además de pasar mucho calor, conocemos gente nueva y surgen muchos nuevos amores.
Algunos de ellos se quedarán en amores de verano y otros superarán la estación estival para quedarse con nosotros más tiempo ¿Quién no ha disfrutado de uno de estos amores alguna vez?
En verano estamos más relajados, alejados de compromisos, con mejor autoestima, y convirtiéndonos en personas mucho más receptivas. Todo esto favorece la aparición de nuevas relaciones, de esos “amores de verano«.
En verano hasta nuestra personalidad cambia y es diferente al resto del año. Estamos de mejor humor. El tiempo invita a disfrutar mejor de cada momento y nos gusta experimentar nuevas cosas. Tenemos mucha mayor energía y ganas de disfrutar, convirtiendo a los “amores de verano”, en uno de los más disfrutables del año.
Estas relaciones, están exentas de presiones y compromisos, ya que “a priori” ninguno de los dos está dispuesto a que esta relación perdure mucho más que lo que duran las vacaciones. Un amor que intenta aprovechar el máximo de tiempo juntos y evitando una traumática despedida.
En este tipo de relaciones, tanto si este amor perdura como si no, nadie pierde ni gana, porque al fin y al cabo, has vivido una experiencia llena de muy buenos momentos que dibujarán en tu cara una sonrisa, cada vez que los recuerdes.
Desde Aurelio Love Coach te invitamos a hacer una reflexión una vez llegado este momento. Si tu amor de verano finaliza con las vacaciones, quizás deberíamos preguntarnos si ha sido por miedo a arriesgar o simplemente porque desde el principio sabíamos que sería un amor fugaz.
Si tu respuesta es la primera o incluso si estás dudando, te animamos que te dejes llevar por tu corazón y te arriesgues. Quizás esta persona no sea el amor de tu vida, pero por qué no seguimos disfrutando de él.
Si necesitas ayuda, no lo dudes y pásate por Aurelio Love Coach. Te ayudaremos para que este amor de verano o para que tus futuras relaciones, tengan un final que vaya más allá de los límites estivales y no tengamos la misma duda que el gran William Shakespeare: ¿sólo ha sido el sueño de una noche de verano?